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sábado, 30 de noviembre de 2013

LOS RITUALES DEL FUEGO (I): “LA QUEMA DE LAS BARBAS DE SAN ANDRÉS” EN CASTILLO DE BAYUELA

Imagen de San Andrés, Patrón de Castillo de Bayuela
Las luminarias de San Andrés en Bayuela
Esta entrada será la primera de otras que se irán sucediendo en adelante en este blog, y que toma como protagonista al fuego. En otras entradas ya se ha hablado del fuego manifestado en forma de hoguera, luminaria, chozo… resaltando su importancia dentro de ciertos rituales festivos. Siempre que encontramos este elemento en una celebración, contamos con un trasfondo muy importante que se manifiesta a través de los diferentes sentidos que toma, dependiendo de la tradición en que se enmarca. Por norma general aparece como elemento sagrado, de purificación, y es que el fuego desde las primeras civilizaciones se consideró elemento destructor y a su vez creador de vida, “hacedor” de lo nuevo. Destructor en el sentido de acabar con lo viejo para dar paso a lo nuevo; las tierras se quemaban para generar una tierra más fecunda de cara a posteriores cosechas. También para acabar con los malos augurios, con los malos espíritus y dar lugar a una atmósfera purificada. Así con la llegada del cristianismo el fuego ha ocupado un lugar muy importante en las celebraciones litúrgicas -el fuego pascual, la venida del Espíritu Santo en Pentecostés en forma de lenguas de fuego, el protagonismo del fuego en la fiesta de la Candelaria…-. El fuego como elemento creador de vida se ha relacionado desde el origen de los tiempos con el Sol, el astro que genera vida, que madura las cosechas, que marca los tiempos del hombre… Vemos aquí como el Sol adquiere un carácter divino, de supremacía. Así, encontramos sentido a muchas de las fiestas que celebramos, que se enmarcan dentro de los solsticios de invierno y de verano, y en las que el fuego es el principal protagonista. En el solsticio de invierno las luminarias que se encienden por Navidad y pocos días después en la celebración de los “santos frioleros” o “santos viejos”, la Candelaria y San Blas, Santa Águeda… En el solsticio de verano la gran fiesta del fuego con motivo de la celebración de San Juan Bautista.
 
"Quemando las barbas a San Andrés"
En esta primera parte dedicada al fuego, y coincidiendo con la festividad que se celebra hoy en muchos puntos de nuestro país, traigo hasta aquí un ritual festivo en torno al fuego que se celebra en Castillo de Bayuela, un pueblo de la toledana Sierra de San Vicente, que honra a su Patrón San Andrés Apóstol. Se trata de las “luminarias” en la víspera de San Andrés en las que se cumple con la tradición de “quemar las barbas al santo”.


Los bayoleros disfrutan en torno al fuego
San Andrés Apóstol es titular de la parroquia de Castillo de Bayuela, y por ende, patrón de la villa desde hace siglos. A él dedican su fiesta patronal en los días que cierra el mes de noviembre. La tradición manda que los vecinos de Bayuela, en especial los niños, salgan días antes de la fiesta al monte a recoger haces de tomillo que después arderán en las  luminarias que se encienden repartidas por diversas partes del pueblo. Ya la noche de la víspera, el 29 de noviembre, tiene lugar el ritual de mayor intensidad de esta fiesta: el encendido de las luminarias y la “quema de las barbas del santo”. Los vecinos se agrupan en torno a los montones de haces de tomillo que componen la luminaria, esperando el toque de campanas de las ocho que anuncia el encendido de las hogueras – esto ya lo vimos hace unos días en los chozos de Puente del Arzobispo-. Es en ese momento cuando se prende fuego al tomillo y cuando empieza el ritual que los bayoleros denominan “quemar las barbas al santo”. No es algo casual, es un acto íntimamente relacionado con el carácter sagrado del fuego, un ritual purificador que previene de la llegada de malos augurios hasta este pueblo y que son ahuyentados en esta mágica noche otoñal. Me llama la atención el carácter sagrado que en este pueblo se concede a “las barbas de los santos”, pues no sólo las barbas del patrón San Andrés juegan un papel importante, sino también las de San Blas que los bayoleros celebran cada tres de febrero, y al que paran en la plaza durante la procesión para que todos los niños y niñas del pueblo le besen las barbas. Esta costumbre de “besar las barbas a San Blas”, es considerado un momento muy importante, pues se dice que todo niño que cumple con la tradición quedará protegido por el santo de cualquier mal de garganta.
 
Imagen de San Blas a la que se "besa las barbas"
Pero este ritual no es algo aislado propio solamente de este precioso enclave, he podido localizar otros lugares en los que se lleva a cabo recibiendo el mismo nombre. En Guadix (Granada), Gádor (Almería), Alicún (Almería), y Cabra del Santo Cristo (Jaén) cada mes de enero “queman las barbas a San Antón” en la víspera de su fiesta. También José Ruíz Fernández en su estudio “Rituales festivos en torno al fuego en la comarca de la Alpujarra”, se refiere a este ritual localizado en el pueblo almeriense de Berja, donde “queman las barbas a San Tesifón” en las hogueras denominadas “jumarrachos”, arrojando estampas del santo patrón al fuego con el fin de alcanzar algún favor de su mano divina. También en Los Realejos (Tenerife), “queman las barbas a San Juan” en las denominadas “fogaleras”, en la mágica noche del 23 de junio.

El cabro de los quintos
Es típico en Castillo de Bayuela asar castañas esa noche en la lumbre, así como todo tipo de carnes que los vecinos comparten en armonía hasta altas horas. Durante toda la noche, “los quintos”, toman también especial protagonismo. Aunque el servicio militar ya no existe, hay muchos pueblos como este que aún conservan esa figura tan presente en sus fiestas y en sus “ritos de paso”. Los quintos de Bayuela van acompañados de un macho cabrío, al que en este pueblo se denomina “cabro”, y que pasean por todas y cada una de las luminarias. Esta es otra parte importante de la fiesta, con el valor añadido de haber sabido mantener la presencia de los quintos que en otras épocas tuvieron gran relevancia.

Ya a la mañana siguiente, el 30 de noviembre, Castillo de Bayuela festeja a su patrón San Andrés Apóstol, al que dedican una misa. Desde hace años, la procesión dejó de ser otro de los puntos álgidos de la fiesta dejándose de realizar, pero me cuenta uno de mis informantes que se está barajando la posibilidad de recuperarla. Finalizada la misa en honor al Apóstol, en la plaza del pueblo se reparten las tradicionales migas que todo el pueblo degusta para poner punto y final a su fiesta patronal.

Agradezco la colaboración de mi amigo Carlos Fresneda, de Castillo de Bayuela, que me ha facilitado las fotos que tan bien ilustran esta entrada.
 
San Andrés en su altar de cultos preparado para su día grande
 
*Todos los textos y las imágenes son propiedad del autor.

domingo, 24 de noviembre de 2013

LOS "CHOZOS" DE SANTA CATALINA DE EL PUENTE DEL ARZOBISPO


El 25 de noviembre es la fecha en que la iglesia recuerda la memoria de la mártir cristiana Santa Catalina de Alejandría, que sufrió el martirio allá por el siglo IV, siendo considerada posteriormente una de las santas más importantes en Europa, y a cuya protección se acogieron cantidad de pueblos y ciudades.

Especial veneración se la profesa en la villa toledana de El Puente del Arzobispo, pueblo que fundara en el siglo XIV el arzobispo de Toledo Pedro Tenorio, que mandó construir el puente sobre el río Tajo que da nombre a la localidad, y que siglos atrás recibía el nombre de La Villafranca de la Puente del Arzobispo.

La iglesia parroquial está dedicada a Santa Catalina de Alejandría. Cada año los puenteños cumplen con la tradición de honrar a su patrona el 24 y el 25 de noviembre. Si hay algo por lo que sobresale esta fiesta es por la costumbre de encender enormes hogueras la tarde-noche de la víspera de la Santa, a las que denominan “chozos”. A las siete de la tarde, el párroco desde el campanario lleva a cabo un volteo festivo de campanas que supone el aviso para que todos y cada uno de los chozos sean encendidos. Las campanas como vemos juegan también un papel muy importante en nuestros pueblos, quizás en la actualidad no tan notable como en otras épocas, en las que cada toque de campana contenía una información diferente o daba cuenta a las gentes de distintos momentos o acontecimientos en la vida del hombre, desde el aviso de una muerte, hasta el aviso de un incendio o el toque para ahuyentar las tormentas. Adjunto en esta entrada un vídeo que ilustra perfectamente ese punto de la fiesta, y en el que podemos observar cómo a medida que van sonando las campanas se van encendiendo los chozos en diferentes puntos de la localidad.

Desde ese preciso instante el pueblo se ve envuelto entre las llamas y el humo que desprenden las hogueras, cumpliendo así con el ancestral rito. Los chozos son enormes estructuras que los puenteños elaboran con ramas, maderas y palos, y que reciben su nombre por la semejanza que guardan con los chozos que construían los pastores. Estos pueden alcanzar varios metros y se llegan a encender centenares repartidos por todo el pueblo.

Estamos ante una fiesta propia del ciclo de invierno, donde el fuego es elemento principal como en todas las que se encuadran dentro de este período. En este caso podríamos considerar el fuego como elemento purificador, y a su vez como elemento lúdico pues, en torno a estas grandes hogueras se reúne el vecindario, que aprovecha las brasas que resultan tras haberse quemado el chozo, para asar gran cantidad de viandas que posteriormente comparten en un ambiente de hermanamiento. Alrededor del fuego los puenteños bailan y se divierten hasta bien entrada la madrugada, perpetuando así una de sus más pintorescas tradiciones.

Al día siguiente, El Puente del Arzobispo festeja a su Patrona Santa Catalina de Alejandría, celebrando por la tarde una misa en su honor y sacando su imagen en procesión por las calles de la villa alfarera.

No quiero acabar sin antes agradecer la valiosa colaboración de D. Rubén Zamora, párroco de Puente del Arzobispo, y de D. Sergio Tejero, que me han facilitado las fotos y vídeos que acompañan a esta entrada.

 
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.

jueves, 14 de noviembre de 2013

LAS “CASTAÑAS DE SAN DIEGUITO” DE NOVÉS

Novés es un pueblo de la provincia de Toledo, perteneciente a la comarca de Torrijos, que cuenta con un amplio abanico de festividades que, además de ser llamativas, siguen manteniéndose imperecederas a pesar de los nuevos tiempos en los que las tradiciones se están viendo mermadas en algunos casos por diversos factores. Si tuviéramos que hablar de la fiesta novesana por excelencia, está claro que lo haríamos de su Semana Santa, tan famosa por su “Procesión de las Caídas”, por el “Desclavamiento”, o por su gastronomía de vigilia tan peculiar y variopinta. Se trata de un pueblo que ha sabido inculcar el amor y respeto por sus tradiciones a las generaciones que se han ido sucediendo a través de los tiempos. De ahí que, fiestas que ya no existen en otros lugares, en Novés se siguen celebrando como lo hicieron antaño. Una de ellas es la que traigo hasta esta entrada, peculiar como la que más y con ese toque cariñoso que siempre aporta la infancia. Se trata de la Fiesta de las Castañas de San Dieguito, en la que los niños que forman parte del colegio del pueblo son los protagonistas.
En Novés siempre se ha conocido esta curiosa tradición en la que los niños honran a San Diego de Alcalá agasajándole con un fruto tan otoñal como son las castañas. Aunque la fiesta litúrgica del santo sevillano se celebra el 13 de noviembre, los novesanos siempre lo han festejado el 30 de dicho mes, pasándose en los últimos tiempos al viernes o lunes más cercano a ese día. La fiesta se compone de varias partes que con el paso de los años han ido variando, pero sin desvirtuar la esencia principal de la celebración. Según me cuentan mis informantes, antiguamente los niños salían días antes de la fiesta a pedir dinero casa por casa para costear las castañas, era lo que se denominaba “apuntarse a San Dieguito”. Por tanto, las gentes que ofrecían a los niños esos donativos también recibían el día del Santo algunas de las castañas que se habían comprado con ese dinero aportado por el vecindario. En la actualidad esa petición no se lleva a cabo, pues los niños reciben las castañas en el colegio habiendo abonado anteriormente una cantidad para ello.

Hasta hace varias décadas, la víspera de la fiesta se encendía una gran luminaria en la plaza del pueblo en la que se quemaban trastos viejos que los vecinos ya no usaban, así como leña y otros materiales. La luminaria ya no se hace en nuestros días, es una de las partes de la fiesta que se han perdido.

El día de “San Dieguito”, los niños y niñas hasta hace unos años salían a media mañana del colegio para asistir a los actos propios de la fiesta; en la actualidad se reúnen todos directamente en la iglesia junto con sus padres. Primeramente acuden a Misa en la que participan activamente, para después sacar en procesión por las calles de Novés la pequeña imagen de San Dieguito a la que previamente se ha engalanado con un arco de flores, y a la que han colgado unas castañas de su brazo. Las andas son portadas por los niños y niñas de 6º de primaria, y dan una vuelta a la manzana por las inmediaciones de la parroquia. Uno de los puntos álgidos de la fiesta es el que se produce al final de la procesión cuando el Santo ha entrado en la iglesia: el canto de las “Letrillas a San Diego”, que entonan los niños y niñas. Se trata de unos gozos en los que se destacan las virtudes del santo y donde se habla de su obra y milagros. Las reproduzco íntegras por su antigüedad y por lo curioso de su letra:

Los niños con sentimiento
Os invocan fervorosos
Atended Diego Glorioso
Nuestros pueriles acentos

En el siglo bullicioso
Vuestro espíritu no hallaba
La soledad que anhelaba
Para ser todo dichoso.
Os retiráis animoso
Del Seráfico al convento.
Atended Diego Glorioso
Nuestros pueriles acentos

En el huerto retirado
Con la misteriosa cruz
Contemplabais a Jesús
Fiel amante enamorado.
En su escuela amaestrado
Fuisteis un raro portento.
Atended Diego Glorioso
Nuestros pueriles acentos

Por la grande devoción
que teníais a María
los enfermos a porfía
curabais con gran amor
de la lámpara de Dios
con el óleo y el santo ungüento.
Atended Diego Glorioso
Nuestros pueriles acentos

Por los pobres mil favores
Cada día os pediremos
Pues bien sabido tenemos
Que volvéis el pan en flores.
El Señor de los señores
A vuestro ruego es atento.
Atended Diego Glorioso
Nuestros pueriles acentos

Despedida
En el día de tu fiesta
Estamos todos contentos.
Atended Diego Glorioso
Nuestros pueriles acentos.
De ti bendito San Diego
Se despiden estos niños
Y te ofrecen su cariño
Cifrando en ti su consuelo.

Después de los cultos religiosos los niños vuelven al colegio donde tiene lugar otro de los actos tradicionales de la fiesta: el reparto de las castañas que previamente han sido bendecidas por el cura párroco. Los alumnos de 6º son los que se encargan de preparar las castañas que ha comprado el colegio y envasarlas para su posterior entrega; días antes estos han vendido junto con algunos comercios de la localidad las papeletas para poder recogerlas. Después de la llegada al colegio primero recogen las castañas los niños y niñas que previamente han comprado las papeletas, y después la gente del pueblo que continúa con la tradición. Una vez recogido todo el dinero, se paga el importe de las castañas, y con lo que sobra se paga al señor cura la misa y la procesión, y con el resto preparan una chocolatada para los niños del colegio en Navidad. Para culminar este día, el colegio organiza una exposición de castañas que los niños y niñas han decorado, y a la que acuden también los padres.

Como vemos, se trata de una fiesta donde los niños son los protagonistas, podríamos equipararla con otras fiestas de las denominadas “de inversión de papeles o cargos” en las que los niños desempeñan funciones propias de los mayores, como es el caso de la conocida “fiesta del obispillo” que se celebra en diciembre por San Nicolás o los Santos Inocentes en numerosos puntos de España. En esta de San Dieguito, los niños juegan un papel que normalmente desempeñan los adultos, como es el hecho de portar las andas de la procesión, la preparación y embolsado de las castañas…

 
Desde estas líneas quiero expresar mi más sincero agradecimiento al colegio de Novés, y en especial a Jamila, su jefa de estudios, por la valiosa información que me ha aportado para poder escribir esta entrada, así como por algunas de las fotos que se adjuntan.

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martes, 12 de noviembre de 2013

LAS DANZANTAS DE LA VIRGEN DE LA PIEDAD DE VILLANUEVA DE ALCARDETE

Os dejo en esta nueva entrada unos vídeo de las Danzantas y el Gabozorra de la Virgen de la Piedad Coronada, "La Ricona" de Villanueva de Alcardete. Estas ancestrales danzas tuvieron lugar ante la Patrona de los alcardeteños el pasado domingo 10 de noviembre, día de la Función de la Virgen. Son una joya y pasan de generación en generación, deteniendo el tiempo cada segundo domingo de noviembre. Toda una muestra de la veneración y el fervor de todo un pueblo hacia su Patrona.
 
Agradezco a Felipe Perea Hernando, alcardeteño defensor de sus tradiciones, gran amigo y compañero de fatigas, por haberme proporcionado estos vídeos que él mismo grabó en su pueblo el domingo para que desde aquí se pueda difundir esta joyita de gran valor antropológico.
 

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domingo, 10 de noviembre de 2013

LA “RICONA” Y LAS DANZANTAS DE VILLANUEVA DE ALCARDETE


Cada segundo domingo de noviembre, como es tradición desde tiempo inmemorial, la villa manchega de Villanueva de Alcardete en la provincia de Toledo, celebra sus tradicionales fiestas en honor a la que es su Madre, Patrona y Reina: la Santísima Virgen de la Piedad Coronada, conocida cariñosamente entre los alcardeteños como “La Ricona”. Unas fiestas cargadas de sentimiento, de fe, de fervor, de veneración, con el sabor de las tradiciones bien conservadas y guardadas en el arca de los sentimientos como la joya más preciada. Y cómo no ha de ser así, si de la propia aparición de la Virgen surgió lo que hoy es Villanueva de Alcardete, siendo Ella su “primera piedra”.

Cuenta la leyenda que un segundo domingo de noviembre, una carreta tirada por bueyes que se dirigía al vecino Quintanar de la Orden, quedó parada en Villanueva sin encontrar manera alguna de hacer andar a los bueyes. Los carreteros, extrañados ante tal situación, decidieron bajar todos los bultos que transportaban, cuando de repente se oyó una voz que decía: “¡Aquí me quedo!”. Pronto desenvolvieron todo lo que venía en el carro, dando con la bendita efigie de piedra de la Madre Dios con su Hijo muerto en los brazos. Todos quedaron maravillados ante tan grande portento, acudieron las autoridades civiles y religiosas y desde tan dichosa hora, “La Ricona” reina en los corazones de los alcardeteños como bien lo refleja la copla popular:

La Virgen de la Piedad
La que más altares tiene
Que no hay un villanuevero
Que en su pecho no la lleve

Desde entonces Villanueva celebra sus fiestas que bien podríamos encuadrar dentro del “ciclo de invierno”, siendo muy conocidas en toda la comarca. Entre los múltiples actos que se celebran en honor a la Virgen, Coronada Canónicamente en 1986, destacan el día de la Función, el domingo, día en que la Virgen sale a recorrer las calles de la localidad manchega en su Magna Procesión de Gloria, acompañada de sus danzantas y del gabozorra, que son también centro de las celebraciones. Se trata de una de las tradiciones más arraigadas, que pasa en este caso de madres a hijas, pues las ocho danzantas siempre son niñas acompañadas tan solo por un varón que es el “gabozorra” que ostenta el papel de “alcalde de la danza” como es conocido en otras partes. Las danzantas y el gabozorra de Villanueva ejecutan una serie de danzas, como la del cordón o la de la culebra, al son de la dulzaina y el tambor, que tocan diversas piezas de carácter tradicional que se han venido interpretando desde tiempo inmemorial. Durante todo el recorrido procesional estas ocho danzantas y el gabozorra en ningún momento dan la espalda a la Virgen, a la que van mirando siempre de frente. Van ataviadas con enaguas decoradas con cintas de color azul celeste, en referencia a la pureza de la Virgen, y todas llevan pequeñas coronas en sus cabezas. Según las danzas que lleven a cabo, utilizan castañuelas, o palos para la danza del paloteo. Una de las danzas más populares es en la que trenzan cintas de colores en un palo en una de las paradas de la procesión, conocida como “tejer el cordón”. El niño que acompaña a las danzantas, el gabozorra, porta una especie de tralla con la que ordena la ejecución de cada una de las danzas.
Se trata pues de unas fiestas de gran colorido y vistosidad en las que todo gira en torno a la imagen de la Patrona. Doy las gracias desde aquí a mis amigos alcardeteños Felipe y María, a los que hoy tenía que haber acompañado en tan bonita tradición, y que por cosas del destino no me ha sido posible. Les dedico a ellos esta entrada, agradeciéndoles que me hayan tenido presente ante su “Ricona” a través de las muchas fotos que me han enviado y que adjunto en esta entrada. ¡Viva la Virgen de la Piedad Coronada! ¡Viva la Ricona! ¡Viva la Patrona de Villanueva!






 
 






 
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lunes, 4 de noviembre de 2013

DE LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS Y TRADICIONES DEL MES DE LOS DIFUNTOS (II). EL CATAFALCO DE LA TORRE DE ESTEBAN HAMBRÁN



El pueblo toledano de La Torre de Esteban Hambrán, atesora entre los muros de su parroquia de Santa María Magdalena una joya pictórica y de gran trasfondo antropológico, digna de ser visitada alguna vez. Se trata del famoso “catafalco”, que según la definición de la RAE es un túmulo adornado con magnificencia, el cual suele ponerse en los templos para las exequias solemnes. Hay catafalcos y catafalcos; los más sencillos son una estructura cubierta con telas negras sobre la cual se deposita el cuerpo del difunto, y por otra parte están los monumentales, normalmente costeados por importantes personajes para sus exequias. Dentro de su clara monumentalidad, el de La Torre fue usado en otras épocas para las exequias de manera permanente con motivo de ciertas conmemoraciones. En la actualidad se puede visitar esta joya solamente durante el mes de noviembre, el mes de los difuntos. Durante todo el año se encuentra desmontado, y se monta exclusivamente para que pueda ser contemplado en el referido mes.
El catafalco de La Torre está fechado en el año1753, y su autor es Luís Cosón, cuya obra podemos localizar en otros puntos de la comarca. Posee un rico programa iconográfico alusivo en todo momento a la fugacidad de la vida, a la igualdad de ricos y pobres ante la muerte… En definitiva, a las Postrimerías que, según el Catecismo de la Iglesia, son la muerte, el juicio, el infierno y la gloria; y a los Novísimos, rama de la teología que trata de lo que ocurre tras la muerte. También se alude a la redención de las almas purgantes con la figura de la Virgen del Carmen como centro, y con la de "los dos San Franciscos”, San Francisco de Asís y San Francisco de Paula.
El catafalco es una estructura con forma de semi-hexágono, y que cuenta con cinco niveles en los que se desarrolla todo el programa iconográfico. Se representa en él la muerte de los grandes poderes terrenales: los emperadores, los reyes, los cardenales, los clérigos, los nobles, los marqueses, los arzobispos, los obispos y los papas. En la parte frontal encontramos una bellísima representación de la Virgen del Carmen sacando a las Ánimas del Purgatorio por medio de su Escapulario; en los laterales llevando a cabo la misma acción, aparecen San Francisco de Asís y San Francisco de Paula que ayudan a las almas a salir de su estado purgante entregándoles sus cíngulos. En el frontal, y en un nivel superior, aparece el enterramiento de un papa y coronando el conjunto dos dolientes a los lados de un alma ya purificado que entra en la Gloria. En las partes superiores de los laterales aparecen sendos esqueletos que portan la guadaña que hace referencia a que la muerte es irremediable, y el reloj de arena en alusión al desconocimiento de la hora en que llegará la muerte. A lo largo de toda la monumental obra encontramos cartelas con citas alusivas a la muerte y sus consecuencias. Reproduzco algunas a continuación por su interesante trasfondo y mensaje:
-          “La seda, el ámbar, el oro, el deleite, y la hermosura, qué valdrá en la sepultura?”.

-          “Emperador sin segundo me llamó la aclamación, dueño fui de todo el Mundo y ia me veo en lo immundo de esta fúnebre vission”.

-          “Con todo el mundo me atreuo, de aquesto nadie se asombre, pues me atreui con Dios Hombre”.

-          “Tiara, mitra y corona, capelo, cetro i laurel, todo viene a fenezer”.

-          “Aquello que fui no soi, lo que soi eso serás, i aunque tan horrible estoi, todas tus señas te doi, i como io te verás”.

-          “Qué me sirvió la eminencia, qué el puesto de cardenal, si he visto por experiencia, que el morir es euidenzia, y el viuir accidental”.

-          “O! Tu que vas de caída, procura vivir de suerte, que en llegando la partida, saques de la Muerte Vida y no de la Vida Muerte”.

-          “Iace un Pontífize aquí que reduxo muerte airada, en poluo ceniza i nada”.

-          “Este que fue de la España Monarca, Rey i Señor, fiera atreuida guadaña quitó la vida con saña, mira qué fiero rigor”.

-          “De cuantos regalos tienes, en tu loca embriaguez, lo que queda es lo q ves”.

-          “Si supieras lo que peno y mis dolores pasaras en aquel terrible seno, no estubieras tan sereno, y mas de mi te acordaras”.

-          “Es tan terrible la muerte que al mas iusto i al mas santo, le causa pauor i espanto”.

-          “Aqueste relox de arena, por minutos te convida a pasar a la otra vida”.
La Torre de Esteban Hambrán cuida pues con celo esta antiquísima tradición de montar el catafalco en el mes de los difuntos. Realmente merece la pena contemplar tan magnífica obra que en otros tiempos, cuando la gente era más crédula y más fácil de amedrentar, supuso una gran doctrina ante la llegada inexorable de la muerte. Si pudiera contemplarse en cualquier época del año no encerraría ese encanto y ese halo mágico y misterioso que lo envuelve. El montaje y la visita supone sin duda alguna uno de los rituales más arraigados entre los torreños, que han sabido pasar de generación en generación esta curiosa tradición y a la vez única en toda la comarca.

Fuente consultada: Folleto editado por el Ayto. de La Torre de Esteban Hambrán sobre el catafalco.


domingo, 3 de noviembre de 2013

DE LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS Y TRADICIONES DEL MES DE LOS DIFUNTOS (I).


Noviembre es el mes en que honramos la memoria de los difuntos. Comienza este mes de ritos y costumbres con la fiesta de Todos los Santos que celebramos el 1 de noviembre. En muchas zonas del planeta el culto a los difuntos es algo muy arraigado, y en el caso de nuestro país supone una importante tradición que lleva aparejados una serie de ritos que la hacen especial.
El primero de noviembre se acude a los cementerios para llevar flores a los seres queridos que ya no están entre nosotros y perpetuar su memoria. El día 2 se recuerda a los fieles difuntos, jornada que en algunas partes se conoce como “Día de los finados”. Es un día de recogimiento y riguroso respeto, especialmente hasta hace algunas décadas. Desde este día y durante todo el mes, se suceden a lo largo y ancho de nuestro país múltiples rituales con el fin principal de agasajar y recordar a los difuntos. Veremos a continuación diferentes tradiciones recogidas en el centro peninsular, algunas de las cuales coinciden en distintos lugares.
1.      El culto a las Benditas Ánimas del Purgatorio.
Durante todo el mes de noviembre se rinde especial culto a las Ánimas; en muchos lugares se dedican novenas y oraciones y se repiten ritos ancestrales. Uno de ellos es el del “toque de ánimas”, en el que una mujer sale con una campana o esquila al atardecer a recorrer las calles haciéndola sonar. Esta mujer, dependiendo del lugar, recibe diferentes nombres. En La Alberca (Salamanca) es denominada “moza de ánimas”. Me contaban que, en Peñalsordo, en la provincia de Badajoz, es tradición que esta mujer salga todas las noches del mes tocando la campana por todo el pueblo, y rezando un Padrenuestro en cada esquina por los difuntos de las diferentes calles. Es costumbre que los chicos del pueblo, cuando escuchan la campana, se acerquen a besarla. También en este pueblo, el dos de noviembre, sale la procesión de Ánimas con el fin de rezar por las almas de todos los finados. En ella se cantan unas coplillas tradicionales muy antiguas, varias decenas, dedicadas a las Benditas Ánimas. Reproducimos a continuación algunas que he podido recoger gracias a una amiga oriunda de este pueblo extremeño:
Quién fuera San Jerónimo
Para poder explicar
Lo que padecen las almas
Que en el Purgatorio están.

Mete la mano en la lumbre
Y verás como te quemas
Así se queman las almas
Que en el Purgatorio penan.

Si las Ánimas Benditas
Acuden a tus umbrales
No les digas que perdonen
Por si acaso son tus padres.

A las Ánimas Benditas
Dadles limosna devotos
Que puede ser que algún día
Ánimas seáis vosotros.

También se rezan novenas a la Virgen del Carmen en muchos lugares por ser especial abogada del Purgatorio, pues redime a las almas que en él están. Toda persona que en vida viste el Escapulario está especialmente protegido por la Virgen del Carmen; así se refleja en unas coplas o gozos tradicionales:

Es el Escapulario
Sol refulgente
Que alumbra con sus rayos
Hasta la muerte.

El que quiera salvarse
Corra al Carmelo
Y cuelgue el Escapulario
Sobre su pecho.


2.      Los rezos por los fieles difuntos.

Durante este mes se elevan súplicas y oraciones por los difuntos y además se llevan a cabo una serie de ritos muy en relación con estos rezos. Es costumbre en muchos lugares encender “lamparillas” o “mariposas”. Son una especie de mechas que se depositan en cuencos de aceite y flotan encendidas. En algunos pueblos de la provincia de Cuenca, me contaban que se guarda aceite viejo y se echa en una olla una mariposa por cada difunto de la familia. Según la tradición, si se apagan antes del día dos, se dice que al finado ya lo hace falta la luz. En ciertos puntos de la provincia de Ciudad Real, se dice que “el día de los finaos andan los muertos por el tejao”.

En muchos lugares aún se mantiene la costumbre de doblar las campanas, lo que se conoce como “tocar a muerto”. Antaño, las campanas, doblaban durante toda la madrugada del día 1 al 2 de noviembre. Esta es una costumbre ya desaparecida en muchos sitios y recuperada en nuestros días en otros.

3.      La gastronomía propia de estas festividades.

En España, cada una de las tradiciones y fiestas que se celebran, van unidas a una rica tradición gastronómica. No hay fiesta sin sus dulces. En esta fecha son muchos los productos y platos típicos que se elaboran en nuestros pueblos. Las castañas asadas, denominadas “calbotes”, "magostos"... según el lugar, son el producto estrella, así como los diferentes dulces que se elaboran en cada una de nuestras regiones. En Castilla-La Mancha destacan "las puches” o "los puches”, llamadas también en algunos lugares “gachas dulces”. Son un dulce elaborado a base de agua, harina, anís y “tostones” o “picatostes” (pan frito en aceite). Al tratarse de un dulce típico del mes de los difuntos, en algunas zonas están estrechamente ligados a éstos. En Fuente El Fresno, en la provincia de Ciudad Real, me contaban que, según la costumbre, se dice que estas “gachas dulces” así como las “gachas de pitos” (de titos, de harina de almortas) , no se elaboran si en el pueblo hay difunto de cuerpo presente para evitar que éste las remueva. Vemos aquí como entra en juego ese temor y respeto que produce la muerte.

Otros dulces de esta época son los “santos” o “monos”, que he podido localizar en algunos pueblos de la comarca de La Sagra, en la provincia de Toledo, como son Chozas de Canales, Yuncos o Cedillo del Condado. Se trata de un bollo o especie de torta elaborado a base de harina, anises y azúcar. Reciben su nombre por la forma humana que presentan; en algunos lugares, se decoran con bolas de anís o guindas, simulando los ojos. Los “buñuelos” y los “huesos de santo” también son muy habituales durante este mes.

Son nuestras costumbres, nuestras raíces, quizá poco valoradas en los últimos tiempos por la asimilación de tradiciones de otras culturas que, siendo perfectamente respetables, nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia y no suponen para nosotros seña de identidad alguna por mucho que haya quienes se empeñen en celebrarlas.

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